lunes, 23 de marzo de 2015

Receta para una buena relación.

"El hablar de religión de una manera casual, el orar sin hambre del alma ni fe ferviente, no vale nada. Una fe nominal en Cristo, que le acepta simplemente como Salvador del mundo, no puede traer sanidad al alma. La fe salvadora no es un mero asentimiento intelectual a la verdad [...]. No es suficiente creer acerca de Cristo; debemos creer en él. La única fe que nos beneficiará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos pone en posesión de sus méritos" (El Deseado de todas las gentes, capítulo 36, páginas 317 y 318)

  1. Tome tiempo: Las relaciones no se establecen en un instante.
  2. A solas: La comunicación más profunda se experimenta únicamente en una relación uno a uno.
  3. Al comienzo: Se nos invita a darle a Dios la prioridad suprema, a que comencemos el día con él, y no solo concederle unos minutos antes de ir a la cama. 
  4. Cada día: La regularidad es vital. Ya sea que se trate de un programa de ejercicios, de aprender a tocar piano o cultivar una amistad, el contacto ocasional no es suficiente. 
  5. Para buscar a Jesús: Jesús será siempre el centro mismo de la vida devocional. La vida devocional no tiene el propósito de ser un estudio acerca de profecía, de doctrina o de estilo de vida. Es para relacionarnos con una persona.
  6. Mediante el estudio de su palabra y la oración: Él nos habla a través de su Palabra; nosotros le contestamos mediante la oración. Hablar y escuchar son los elementos básicos de la comunicación. 
95 Tesis, p. 177 y 178

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